miércoles, 19 de diciembre de 2018

Pronunciamientos y motines del XIX (III). La Vicalvarada


La Vicalvarada fue un pronunciamiento de militares “progresistas”, dirigido por los generales Leopoldo O´Donnell y Domingo Dulce contra el gobierno moderado. Consecuencia del golpe de estado de la Vicalvarada, fue el fin de la década moderada. Los progresistas se hacen con el poder (1854-1856), lo que se denomina el bienio progresista


El levantamiento de la Vicalvarada ocurrió el 28 de junio de 1854. Las tropas de los sublevadas se enfrentaron a las del gobierno en Vicálvaro, un pueblo cercano a Madrid. Con el triunfo revolucionario, Espartero, también liberal progresista, es nombrado Presidente del Consejo de Ministros. O’Donnell ocupa la cartera de Guerra.
Resultado de imagen de la vicalvarada
La Vicalvarada dio lugar durante varios días a una verdadera revolución en Madrid con resultados muy relevantes en personas y edificios. Los revolucionarios asaltaron las casas de los nobles y de las de los Ministros del Gobierno. Importantes fueron los daños causados en los palacios del marqués de Salamanca y de María Cristina. Ambos palacios fueron asaltados e incendiados. Igualmente fueron asaltadas la casa del Ministro de Fomento, en la calle Prado con León y la del Ministro de Hacienda. Las barricadas se vieron por la zona de la Puerta del Sol , produciéndose numerosos asesinatos “populares”.Destacado fue el linchamiento y maltrato público del jefe de la policía que acabó su vida siendo fusilado en la Plaza de la Cebada. 


El levantamiento militar en Madrid fue seguido por otros en Zaragoza, Barcelona, Valencia,Logroño y San Sebastián. Los políticos progresistas se movilizaron el 6 de julio a través del Manifiesto de Manzanares. Reivindicaban cambios en el régimen político con objeto de iniciar un giro liberal a la situación política del momento: trono sin camarilla, ley de imprenta, ley electoral, rebaja de los impuestos de consumos, descentralización municipal, nueva milicia. El 29 de julio entran triunfantes en Madrid Espartero y 

O´Donnell 

Aclamados por los madrileños, el 1 de agosto formaron el nuevo gobierno

Imagen relacionada
La permanencia de Espartero duró dos años, bienio progresista. Sin embargo, entre Espartero y O´Donnell surgieron discrepancias. Finalmente la Reina Isabel apoyó a O´Donnell, convirtiéndose en el protagonista de la situación política . No tardó mucho tiempo Isabel II (a pesar de llevarse muuuuuuuuuuy bien con O'Donnell )en pegarle la patada y de nuevo vuelve...redoble de tambores....Narváez.

http://www.pronunciamientos.rizoazul.com/pronunciamientos/la-vicalvarada/

lunes, 17 de diciembre de 2018

Pronunciamientos y motines del XIX (II). Caída del Regente Espartero



Terminada la primera guerra carlista, los militares se convirtieron en los protagonistas de la política nacional, el poder militar era superior al civil. Comienza el “baile de los generales” que abarca el reinado de Isabel II en el que tres generales, Espartero, Narváez y O’Donnell se fueron alternando en casi todos los gobierno, ejerciendo el liderato del poder político como presidentes, regentes o árbitros.

Espartero era progresista, Narváez conservador y O’Donnell 'centrista'.Convencidos o no de sus ideas, nunca cambiaron de partido, pero siempre se sintieron más caudillos que políticos, y su actuación política fue más autoritaria que defensora del constitucionalismo.

Se empleó también la expresión “espadón” para referirse a los militares que protagonizaron la vida política del reinado de Isabel II de España, de diferente orientación política. La política española durante el reinado de Isabel II estuvo jalonada por los grandes “espadones” Espartero, Narváez, O'Donnell, Prim y Serrano. Narváez marcó la política española durante veinticinco años. Moriría como jefe de Gobierno, contestando al sacerdote que le conminaba a perdonar a sus enemigos, según la leyenda: «No puedo perdonar a ninguno, porque los he matado a todos.»


La caída de Espartero

Cambiaron las tornas en 1843. En esta ocasión fue el general moderado Narváez quien se sublevó contra Espartero. Gran indignación había producido en muchos el feroz bombardeo ordenado por Espartero el 3 de diciembre de 1842 contra Barcelona, y más aún al conocer su justificación: "A Barcelona hay que bombardearla al menos una vez cada 50 años". Los generales moderados Serrano y Narváez se unieron con el general progresista Prim para enviar al exilio a Espartero. Su caída en 1843 permitió a O'Donnell regresar a España. Narváez, el nuevo dueño de la situación, le envió de gobernador a Cuba. 

martes, 11 de diciembre de 2018

Pronunciamientos y motines del XIX (I). Motín de la Granja

El pronunciamiento vendría a ser una sublevación o rebeldía militar que busca el apoyo de las fuerzas armadas o de un sector de las mismas, de los partidos y facciones políticas y, por fin, de la opinión pública en la España del siglo XIX. El pronunciamiento pretende la conquista del poder o una rectificación de la línea política del gobierno de turno. Los pronunciamientos solían ser incruentos, con una acción militar indirecta. El pronunciamiento se desarrollaba en diferentes fases. En primer lugar nacía como complot militar y civil, ya que la presencia de civiles siempre fue muy destacada en los pronunciamientos. Una vez que se había puesto en marcha se solía sondear a otros militares para que se comprometieran. Otro aspecto importante era el manifiesto, declaración o “grito”, que era el programa donde los que se “pronunciaban” anunciaban sus intenciones, de ahí el nombre de este tipo de sublevación. Por fin, se daba la acción, que solía consistir además de la presentación de ese programa, en la presión más o menos indirecta al gobierno con amenazas veladas, o conquistando directamente el poder. Aunque no solía haber baños de sangre se trataba de un acto violento para acceder al poder frente al mecanismo electoral, aunque éste estuviera muy viciado.
El término de pronunciamiento surgió cuando Riego se pronunció en Cabezas de San Juan contra el régimen absolutista restaurado de Fernando VII en 1820, aunque no sería el primer pronunciamiento, ya que seguramente fue el del general absolutista Elío en 1814.

Motín de la Granja


El 12 de agosto de 1836 tuvo lugar un hecho relevante que muestra la situación real de la monarquía en aquel momento: la rebelión de los sargentos contra la Reina Regente María Cristina; es le famoso Motín de la Granja. La Regente se encontraba de veraneo en el Palacio de la Granja de San Ildefonso, cuando un grupo de sargentos del 2º Regimiento de la Guardia Real, después de entrar en los aposentos reales. Los sargentos amenazaron a la regente con matar a su amante (Muñoz). Exigieron restaurar la “pepa” .

Parece que consecuencia del Motín de la Granja la Reina Gobernadora , se sintió presa de su propia guardia personal. Sin dudarlo un momento capituló y dictó un Real Decreto en el que ordenó la publicación de la Constitución de 1812.

Fueron reunidas rápidamente las Cortes Españolas para ratificar dicho decreto. Al día siguiente, es nombrado Presidente del Consejo el progresista liberal José María Calatrava que restituye a Mendizabal como Ministro de Hacienda.

Resultado de imagen de motin de la granja
Los progresistas, agrupados alrededor de Mendizábal, no aceptaron el resultado de las urnas en las elecciones generales de julio de 1836 . Aproximadamente 2/3 de los votos fueron a la coalición gubernamental, 80 escaños frente a 56 de la oposición radical-Progresista. Pero los Progresistas no iban a aceptar estos resultados, alegando un posible pacto entre moderados y carlistas se dispusieron a romper el marco del Estatuto Real por la vía insurreccional; Mendizábal instigo el nuevo pronunciamiento militar. Iniciaron una serie de levantamientos en varias capitales de provincia, en Málaga el 25 de julio, que culminaron en el pronunciamiento progresista de la Granja.

El resultado del Motín de la Granja fue la Constitución de 1837


http://www.pronunciamientos.rizoazul.com/pronunciamientos/motin-de-la-granja/

https://www.nuevatribuna.es/articulo/cultura---ocio/pronunciamientos-espana-xix/20151013102929121185.html

lunes, 10 de diciembre de 2018

Busca los errores y Juego de banderas

Iba a ponerlo en la sección de Historia y Humor pero como en 5 segundos mete 4 errores lo veo digno de premiarlo con la aparición en la página principal


Y ahora que ya estamos en el siglo XIX, juego de agudeza visual sobre banderas y saludos variados


miércoles, 5 de diciembre de 2018

Los coloraos

Terminado el tema del primer tercio del XIX, os pongo un episodio cercano de la monarquía de Fernando VII


Los Coloraos


Galdós tituló a uno de sus episodios nacionales “El terror en 1824” , la represión que Fernando VII ejerció tras su vuelta al poder absolutista en octubre de 1823. Rafael del Riego, aclamado años antes, era insultado y vejado camino del cadalso por parte de las masas.
Fernando VII no sólo recuperaba el poder total, sembraba el miedo para que no volviera a pasar – y lo consiguió-, es lo que tienen países como el nuestro, tradiciones basadas en la irracionalidad, la sangre y  la crueldad `per se´.
Entre esas tradiciones, el nuestro es un país de abundantes políticas dictatoriales por y sin la gracia De Dios, golpes de Estado, represión y dictatorcillos con y sin corona.
Ahora que para algunos parece una prioridad quitar el monumento de ‘Los coloraos’ de la Plaza vieja -lo que tendría que preocuparles es darle vida a esa zona, no si el monumento tapa las “vistas”- vamos a contar la historia de lo que pasó.
El personaje base de este momento es el ya nombrado Fernando VII, un rey que en la actualidad seguramente tendría sus admiradores entre parte de la caspa política y periodística patria, los ‘cuñados’ de la historia andarían hablando dentro de su neoliberalismo, de sus virtudes y patriotismo pensando que los coloraos eran unos rojos bolcheviques cuando en realidad eran liberales en su mayoría, burgueses que ni mucho menos tenían en su ADN la defensa de los derechos de la mayoría ni de un sistema político que no contemplara a un rey…pero bueno, el caso es que el nefasto rey borbón , llamado el deseado, aunque a mi me gusta más su otro apodo, ‘felón’, un dictador con corona por la gracia De Dios, aprovechó el instinto patrio de la invasión napoleónica para legitimar todas sus tropelías una vez recuperado el trono en 1814.
Hasta 1820 se pasó por el arco del triunfo la constitución de 1812 y fué cobrándose sus venganzas. El 1 de Enero de 1820, el capitán Rafael del Riego se alzó en Las Cabezas de San Juan (Sevilla) y sus  palabras (…) <<España está viviendo a merced de un poder arbitrario y absoluto, ejercido sin el menor respeto a las leyes fundamentales de la Nación. El Rey, que debe su trono a cuantos lucharon en la Guerra de la Independencia, no ha jurado, sin embargo, la Constitución, pacto entre el Monarca y el pueblo, cimiento y encarnación de toda Nación moderna. La Constitución española, justa y liberal, ha sido elaborada en Cádiz, entre sangre y sufrimiento. Mas el Rey no la ha jurado y es necesario, para que España se salve, que el Rey jure y respete esa Constitución de 1812, afirmación legítima y civil de los derechos y deberes de los españoles, de todos los españoles, desde el Rey al último labrador (…) Sí, sí, soldados; la Constitución. ¡Viva la Constitución! >>
(…)dieron lugar al conocido Trienio Liberal donde el rey felón tuvo que aceptar -seguir gobernando- pero acompañado de la constitución. Pero claro, estos dictadores coronados no iban a aceptar la “democracia”, así que fue maquinando la forma de recuperar el poder absoluto, para ello tiró de sus parientes franceses -también recientemente colocados de nuevo en el trono por las potencias europeas- y de igual forma que con Napoleón en 1808, otro ejército francés (los cien mil hijos de San Luis) entraron para acabar con el Trienio y situar a Fernando otra vez bajo el absolutismo- decir tiene que la respuesta esta vez del pueblo español no se pareció en nada a la de mayo de 1808-.
La represión de 1814-1820 fue light comparada con la que se inició en Octubre de 1823, el propio Riego fue ahorcado y decapitado. Algunos liberales exiliados en países como Francia o Inglaterra buscaron ya en 1824 la manera de revertir esta situación. La provincia de Cádiz fue el lugar donde se intentó reunir dinero, barcos y soldados para volver a proclamar el fin del absolutismo.
Uno de esos intentos ocurrió con un grupo de 49 voluntarios que partieron el 6 de agosto de 1824 desde Gibraltar hasta Almería. Iban uniformados con casacas rojas (indumentaria del ejército inglés) y liderados por el coronel Pablo Iglesias González (también partícipe en el trienio liberal y que tuvo que huir a Gibraltar en Octubre de 1823).
Su aventura transcurre en un bergantín con bandera inglesa de nombre “El Borrascas” y tardaron más de lo previsto en llegar a Almería, sucedió el 14 de agosto en una playa cercana a la capital, ya no valía el factor sorpresa pues las autoridades estaban avisadas, el poco apoyo y el amurallamiento de la ciudad les hizo desistir del plan, acorralados, algunos consiguieron huir hasta Sierra Alhamilla y fueron atrapados, otros como el propio Iglesias fue atrapado el 22 de agosto en Cullar Baza.
Unos 22, sin juicio previo, fueron ejecutados de rodillas y por la espalda en la Rambla Belén justamente el día 24. Iglesias fue trasladado a Madrid, si tuvo juicio y fue ahorcado al año siguiente. Como pasó con Riego, los cuerpos de los 24 iban a ser dejados allí mismo para escarnio popular como hicieron con Riego (al que decapitaron) y aunque no está muy claro de qué forma, sus cuerpos fueron retirados, de hecho, sus huesos parecen estar en una fosa abandonada del cementerio de Almería.
A partir de 1838 (ya sin Fernando) comenzaron los homenajes en la fecha del 24 de Agosto, desde finales del XIX había un monumento que los recordaba en la Plaza Vieja hasta 1943 que llegó a la ciudad otro dictador (sin corona) y por orden del primer alcalde franquista (Vicente Navarro Gay) y de la Falange se demolió el monumento para que no se molestara el dictador. Durante la dictadura siguieron los homenajes (en silencio, claro) y hasta finales de los 80 no se estableció el actual monumento  a los coloraos también conocido como ’pingurucho’.

sábado, 3 de noviembre de 2018

El triunfo del ‘sapiens’ frente al neandertal


El ‘Homo sapiens’ salió de África antes de lo que se pensaba. Fue capaz de atravesar el Sáhara y se impuso sobre el neandertal, a pesar de ser menos fuerte y tener un cráneo más pequeño. Le revelamos el secreto que le llevó a la supervivencia y expansión por el mundo. Por Manuela Giménez


Durante miles de años, el ‘Homo sapiens‘ se adaptó y sobrevivió a los paisajes africanos. Cazaba con jabalinas y lanzas, dominaba el fuego e intentaba expandirse hacia el norte. Pero no lograba asentarse en sus avances. Le frenaban sus encuentros con otra especie más fornida: el ‘Homo neanderthalensis‘, mejor preparado a su vez para las temperaturas más bajas propias del norte.

Hace 6000 años, el Sáhara era una llanura cubierta de hierba en la que pastaban antílopes y cazaban leones

Así se distribuía hace 300.000 años la población: en África habitaban los más gráciles Homo sapiens; en Asia, los robustos neandertales, «una especie bien consolidada en la mayor parte de Eurasia, bien adaptada a latitudes elevadas, con cuotas culturales sobresalientes e incluso con la posibilidad de tener una mente simbólica. Enterraban a sus muertos, se adornaban, mantenían hogueras encendidas durante años, se vestían con pieles de animales», ha explicado el paleoantropólogo José María Bermúdez de Castro. Su fortaleza era una barrera para el ’emigrante’ sapiens.

Además, había otro gran obstáculo. Imaginamos al ‘Homo sapiens intentando subir hacia el norte africano topándose con los nueve millones de kilómetros cuadrados de arena y calor abrasador que hoy es el Sáhara y dando media vuelta.
homo sapiens vs neandertal
En la meseta de Ennedi quedan reductos del pasado verde del Sáhara como las ‘gueltas’, charcas que recuerdan que por allí discurrieron ríos. Allí vivieron los últimos leones del Sáhara y resisten cocodrilos enanos
Y, sin embargo, lo cruzó. Y antes de lo que creíamos. Lo demuestra un descubrimiento reciente. En la cueva de Misliya, a pocos kilómetros de Haifa, en Israel, se ha encontrado un fragmento de una mandíbula superior, un maxilar casi completo (falta el incisivo central), que revela que nuestro antepasado salió de África hace unos 220.000 años, 50.000 antes de lo que pensábamos.
Esa mandíbula dice muchas cosas. Que su dueño «dominaba el fuego y lo utilizaba para cocinar sus comidas», explica el antropólogo Gerhard Weber. Que «tiene al menos 177.000 años y perteneció a un ser humano moderno», añade el antropólogo Israel Hershkovitz.

¿Cómo llegó hasta Oriente Próximo? Atravesó el Sáhara, sí. Pero no el desierto actual. El Sáhara es un desierto joven. Hace 6000 años era una llanura gigante cubierta de hierba en la que pastaban antílopes y cazaban leones. Había también lagos y cocodrilos. Y habitaban allí humanos al acecho de aquella fauna abundante.
Cuesta creerlo. Pero todavía quedan en la meseta de Ennedi, en una de las esquinas del desierto, al nordeste del Chad, reductos de ese pasado húmedo. En algunos recodos de aquel paisaje impactante afloran las gueltas, unas charcas espontáneas que recuerdan que por allí discurrieron ríos.
En el macizo de Ennedi vivieron los últimos leones del Sáhara. Y allí resiste el cocodrilo del desierto, Crocodylus suchus, más pequeño que su pariente el cocodrilo del Nilo y probable coetáneo del ya extinto tigre de dientes de sable que habitó también en Ennedi.

Mujeres esbeltas y tatuadas


Las impresionantes pinturas rupestres de Ennedi delatan la presencia de hombres montados a caballo (en Terkei Kassala), vacas coloreadas (en Mornou) o mujeres con cuerpos de pasarela, altísimas y muy delgadas, embellecidas con tatuajes. Así se las puede ver en Niola Doa, ya adornadas y acicaladas en el año 3000 a. de C. Son crónicas del paso del hombre por lo que fueron los pasillos verdes que permitieron la migración del Homo sapiens.
homo sapiens vs neandertal
Las pinturas rupestres de la meseta de Ennedi, en el Chad, muestran mujeres altas y esbeltas adornadas con tatuajes
Las tierras saharianas han vivido periodos secos e inhóspitos alternados con épocas húmedas. Peter de Menocal -experto del Lamont-Doherty Earth Observatory, de la Universidad de Columbia- ha recopilado sedimentos procedentes del fondo marino del golfo de Adén que explican cómo eran estos cambios de clima. Los restos de algas y la composición química de las ceras que las plantas producen en tierra firme y luego acaban en el mar aportan mucha información sobre épocas húmedas y secas. Los estudios de De Menocal corroboran el pasado verde del Sáhara.
homo sapiens vs neandertal
Recreación de una mujer de la especie Homo sapiens
Pero si esta especie avanzada de homínidos hizo repetidos intentos de emigrar hacia el norte que no fructificaron, ¿por qué sí lo logró hace por lo menos 220.000 años? ¿Cómo consiguió establecerse de forma permanente en las tierras del norte y después expandirse a lo largo y ancho del planeta? ¿Cómo superó al robusto y mejor adaptado al frío neandertal?

El Homo sapiens de hace 300.000 años era anatómicamente moderno y con rasgos similares al del hombre actual. En el plano cognitivo, sin embargo, estaba atrasado y no alcanzó un nivel equiparable al del hombre de hoy hasta hace solo 35.000 años. Algo tuvo que evolucionar.

Los neandertales se exponían más al peligro y sufrían más fracturas y heridas en la caza

El investigador Jean Jacques Hublin -del Instituto Max Planck de Leipzig- asegura que la clave no reside en el tamaño del cerebro, sino en la forma: los primeros Homo sapiens tenían el cerebro alargado, igual que los neandertales. La forma esférica proviene de miles de años de evolución y ha supuesto una ventaja decisiva para su supervivencia.

La forma del cerebro


La parte más afectada por la tendencia del cerebro a redondearse es el lóbulo parietal, donde se procesa la orientación espacial, el control de la atención y el uso de herramientas. Hublin cree que el ‘Homo sapiens ha ido evolucionando hacia un cambio de naturaleza neuronal, hacia una reordenación de la materia gris. Está convencido de que esos cambios en el lóbulo parietal hicieron que el Homo sapiens estuviera en mejores condiciones para competir con el Homo neanderthalensis y el hombre de Denisova, que habitaban en Oriente Próximo cuando llegó allí.
homo sapiens vs neandertal
El ‘Homo neanderthalensis’ era más robusto y estaba mejor preparado para soportar el frío. Pero se extinguió hace 40.000 años. El ‘Homo sapiens’ (derecha), menos corpulento, sin embargo fue capaz de sobrevivir y expandirse por el mundo desde África.
Como ha explicado Enrique Baquedano, director del Museo Arqueológico Regional de Madrid, el Homo sapiens superó al neandertal en tecnología y organización social. Unos utilizaban proyectiles para cazar; los otros carecían de ellos, así que se exponían más al peligro y sufrían más fracturas y heridas durante la caza. Además, los sapiens cazaban en grupos más numerosos y se organizaban de una manera más jerarquizada y eficiente.
Los neandertales, más corpulentos, estaban mejor preparados para combatir el frío. Pero el Homo sapiensdominaba mejor el fuego y sabía utilizar herramientas para protegerse del clima, como las agujas para ‘coser’ abrigos. Y corría más rápido.

Durante un tiempo, el Homo sapiens coincidió con neandertales, se mezcló con ellos y luego los superó. Las dos especies humanas convivieron en el Corredor levantino (la franja de territorio situada entre el mar Mediterráneo y las zonas desérticas de Israel, Jordania y Siria) y «cruzaron sus caminos, sus genomas y su cultura. El dato de la cueva de Misliya incrementa de manera notable el tiempo en el que las dos especies estuvieron en contacto», explica el paleoantropólogo José María Bermúdez de Castro en su blog Reflexiones de un primate.
Al Homo sapiens el verdor del Sáhara le abrió un pasillo para salir de África, y la forma de su cerebro le proporcionó la astucia necesaria para pervivir y extenderse.

VENTAJAS EVOLUTIVAS

Neandertal. Mejor preparado para el frío

homo sapiens vs neandertal
Su cráneo era más grande que el del ‘Homo sapiens‘ y más alargado. Su nariz era corta y ancha, perfecta para que no se le enfriase, al sobresalir menos, y con fosas nasales grandes, para calentar mejor el aire. Tenía la frente baja e inclinada, la faz prominente y mandíbulas sin mentón. Su envergadura era robusta y lo ayudaba a soportar las temperaturas glaciares y a habituarse a la vida en cuevas y montañas.

‘Sapiens’ Mandíbula y cerebro redondeado

homo sapiens vs neandertal
El aspecto del Homo sapiens era bastante similar al del humano actual. Tenía la frente alta, la barbilla prominente (un rasgo característico del hombre moderno) y los arcos superciliares (la cresta ósea que está encima del receptáculos de los ojos) menos marcados. También su volumen cerebral, de en torno a 1350 centímetros cúbicos, era parecido al del hombre de hoy.

viernes, 5 de octubre de 2018

Almería aún conserva más de 20 símbolos franquistas



Siete calles, seis símbolos en edificios históricos y una decena de grupos de viviendas. Se trata de los espacios de la capital de los que debe eliminarse la huella del franquismo -ahora que se ha dado luz verde a la exhumación del dictador- en cumplimiento de la Ley Estatal de Memoria Histórica y la Ley de Memoria Histórica y Democrática de Andalucía, según la Asociación por la Recuperación de la Memoria Democrática de Almería (ARMDA).

A juicio del colectivo, todos estos escudos, insignias, placas y nombres exaltan la sublevación militar del 18 de julio de 1936, la Guerra Civil y la represión de la dictadura. De ahí que los hayan recogido en un ‘callejero franquista’ que han elaborado en los últimos meses con el asesoramiento de investigadores especializados en la materia. La intención es presentarlo al resto de asociaciones memorialistas de Almería para unir fuerzas y registrarlo ante las administraciones competentes de cara a exigir su retirada inmediata.

Por barrios

De los barrios de la capital, El Tagarete es el que registra más calles afectadas. “No debe extrañarnos, ya que es un barrio de viviendas sociales creado por el franquismo en los años 50”, sostiene Juan Francisco Colomina, investigador y presidente de la Asociación por la Recuperación de la Memoria Democrática de Almería.


En esa zona están, por ejemplo, la calle Belchite, en recuerdo de una de las batallas más sangrientas de la Guerra Civil durante la cual el municipio zaragozano fue “tomado por lo republicanos” pero luego pasó a los sublevados convirtiéndose “en símbolo de la reconquista frente el bolchevismo y el marxismo”; Crucero Canarias, nombre del “barco que bombardeó la ciudad durante toda la guerra y participó en la masacre de la carretera Málaga-Almería”; Batalla de Brunete, que acabó con la victoria del bando nacional sobre Madrid, y Alto de los Leones, en conmemoración de la toma del puerto de la Sierra de Guadarrama.








Aparte de ensalzar batallas, otras vías presentes en este inventario aluden a “participantes, instigadores y legitimadores de sublevación militar y la dictadura”. Ahí están las calles Rafael Martínez Sansón, en El Tagarete, por el teniente deCarabineros que se sumó al levantamiento del 36, y General Moscardó, en Oliveros, militar que participó en varias operaciones durante la guerra. “Hemos hecho una selección muy rigurosa en la que no hemos incluido aquellos nombres que pueden generar controversia, ya que hay casos ambiguos”, sostiene Colomina.

A todas ellas hay que sumar la calle Gibraltar Español que, en opinión de la asociación, refleja “un exceso de exaltamiento del nacionalismo” y el Quiosco 18 de Julio, en referencia a la fecha en que estalló la contienda fraticida.

Grupos de viviendas

Además de las calles, en Almería existen grupos de viviendas con nombres que, según ARMDA, chocan con la ley de Memoria. En la calle Paco Aquino hay un conjunto de casas llamado José Antonio Primo de Rivera; en el Barrio Alto, Alejandro Salazar, jefe de la Falange de Almería, y Onésimo Redondo, de las JONS; en El Tagarete figura el grupo Francisco Franco y en El Zapillo, el falangista Jacinto Matarín.

En cuanto a los símbolos relacionados con el franquismo, la Asociación por la Recuperación de la Memoria Democrática de Almería pedirá la retirada de la Cruz de los Caídos del Convento de las Claras, el homenaje a Primo de Rivera y el escudo de la Falange de la Catedral, y los escudos franquistas de la escalera de la Iglesia de San Roque de Pescadería, la Delegación de Hacienda en el Paseo y la Escuela de Arte.








Lo que dice la ley Según la Ley de Memoria Histórica y Democrática de Andalucía, no se considerará que concurren razones artísticas o arquitectónicas para el mantenimiento de los elementos de exaltación de la dictadura salvo informe favorable en tal sentido de la Consejería competente en materia de patrimonio histórico.

Tal y como indica la legislación, cuando los elementos contrarios a la memoria democrática estén colocados en edificios de carácter privado con proyección a un espacio o uso público, como es el caso del Quiosco 18 de Julio, las personas propietarias deberán retirarlos o eliminarlos.

En el caso de que estén colocados en edificios públicos, las instituciones o personas jurídicas titulares serán responsables. El inventario confeccionado por ARMDA afecta a ayuntamiento, Junta, Obispado y Gobierno central.


https://www.lavozdealmeria.com/noticia/12/almeria/158908/almeria-aun-conserva-mas-de-20-simbolos-franquistas

sábado, 29 de septiembre de 2018

Pelayo y la Batalla de Covadonga


Hace unos meses @MiguelBarrero publicó este hilo en twitter que nos sirve para entender uno de los acontecimientos de la Historia de España más exaltados y porque no decirlo...más exagerado. Ojo 👀, hilo va ↓

Se cumplen este año 13 siglos de la batalla de Covadonga. Es un acontecimiento tan arraigado en el imaginario popular, y tan magnificado, que siempre viene bien contarlo a partir de las fuentes de que disponemos y alejarse un pelín de la leyenda.

Suele decirse que en Covadonga están los orígenes del Reino de España. También que Pelayo fue el primer rey de Asturias y el iniciador, por tanto, de una tradición monárquica cuyo último eslabón es Felipe VI. Con no ser nada de eso falso, tampoco es verdad del todo. Veamos.

A la hora de tratar el asunto de Covadonga surgen dos cuestiones que hay que tratar sí o sí.
1.- ¿Quién fue Pelayo?
2.- ¿Qué ocurrió realmente en Covadonga?

Antes de empezar a responderlas, hay que pensar que todo lo que conocemos del tema se debe al Testamento de Alfonso II y las Crónicas de Alfonso III, es decir, textos que pretendían legitimar una estirpe a través de las gestas de sus antepasados.

Es decir, que son textos fidedignos sólo hasta cierto punto, porque a sus autores les interesaba más dar brillo a su genealogía que elaborar un relato fiel y veraz de unos hechos que, por otro lado, desconocían por completo porque les habían llegado de oídas.

El historiador árabe Al-Maqqari escribió que Pelayo procedía de la Gallaecia, es decir, de la unidad territorial que los romanos distinguían en el noroeste ibérico y que abarcaba la actual Galicia, una parte importante de Asturias y lo que hoy son las provincias de León y Zamora.

En una primera versión de sus Crónicas, Alfonso III dice que era un simple espatario, es decir, miembro de la guardia real del rey Rodrigo. En una redacción posterior le situaría como hijo del duque Favila, al que habría asesinado Witiza en Tuy.

En cualquier caso, está claro que esos textos (Witiza se había mostrado partidario de colaborar con los musulmanes cuando éstos invadieron la península) pretendían otorgarle a Pelayo un lugar destacado dentro del grupo de soldados que rodeaba al rey Rodrigo.

Como todos sabéis (y si no lo sabéis, aquí os lo cuento yo), el rey Rodrigo fue derrotado por los árabes en la batalla de Guadalete, que se libró entre el 19 y el 26 de julio del año 711.

Se supone que, tras la derrota, Pelayo habría huido hacia el norte (unas tierras que conocía bien, porque eran las suyas) para liderar un tibio movimiento insurgente al que pronto se sumaron unos cuantos adeptos.

Llegados a este punto, cabe deshacer un malentendido histórico. Es falso que los musulmanes no llegaran a entrar en Asturias. Sí que lo hicieron. No acapararon todo el territorio, pero llegaron a tener una parte sobre su control, aunque éste no fuera muy férreo.

De hecho, los árabes tuvieron en Asturias su principal asentamiento en una ciudad que los cronistas denominaron «Xegio» y que los historiadores identifican de manera unánime con la actual Gijón.

Total, que Pelayo llega a Asturias y los musulmanes, que andaban por aquí, lo capturan y lo envían prisionero a Córdoba. No sabemos qué padecimientos sufrió allí, pero sí que hacia el año 717 consiguió escaparse y volvió a emprender el camino del norte.

Toca interrumpir la historia en este punto y pasar a la otra hipótesis que, en mi modesta opinión, resulta mucho más divertida. Es una teoría cuyo meollo está, precisamente, en la ciudad de Gijón.

Se trata de una lectura que viene avalada por la Crónica Rotense y que asevera que tras la derrota de Guadalete Pelayo viajó a Asturias acompañado de su hermana, y que se instalaron o bien pasaron una temporada en Gijón.

¿Por qué en Gijón? Unos dicen que porque era el emplazamiento más importante de la región desde los tiempos del Imperio Romano. Otros apuntan que cabe la posibilidad de que la familia de Pelayo procediera de allí. Ninguna de las dos hipótesis es descartable.

(Sobre esta última versión recuperó hace poco Pedro de Silva en @lanuevaespana un viejo texto muy interesante y bien documentado. Está distribuido en dos artículos. El primero de ellos lo podéis leer en este enlace: https://www.lne.es/opinion/2018/07/29/pelayo-playu-i/2325415.html …)
Resultado de imagen de pelayo covadonga

Según parece, en Gijón los musulmanes y los cristianos convivían sin mayores problemas. Digamos que no se caían muy bien unos a otros, pero se toleraban siempre y cuando no se amargaran mucho la vida los unos a los otros.

El caso es que al gobernador árabe de Gijón, que se llamaba Munuza, le hizo tilín la hermana de Pelayo, y ésta no lo debió de ver con muy malos ojos. Así que al bueno de Pelayo le dio un ataque de celos fraternales y no quiso consentir el emparejamiento.

Munuza, que por algo era el que mandaba, dijo que o aceptaba o pista. Pelayo no aceptó y ahí fue cuando le apresaron y lo condujeron a Córdoba. Así que nada de insurgencias: un asunto de faldas como tantos otros que ha habido y habrá.

(Hago otro inciso para señalar que Gijón es una ciudad tan divertidamente bipolar que tiene a Pelayo inmortalizado en su escudo y en una estatua levantada junto al puerto, pero también tiene una calle dedicada a Munuza y otra a «los Moros», así en general.)

Pero bueno, superada esta (primera) controversia volvemos al momento en que Pelayo regresa de Córdoba. Ahí sí que está cabreado. Al llegar a Asturias, va haciendo campaña entre sus semejantes, diciéndoles que los moros esos son muy mala gente y los fríen a impuestos y demás.

Es decir, que Pelayo lleva el asunto personal al ámbito económico y, como la pela es la pela, su estrategia triunfa. Se cree que a orillas del río Piloña dio un discurso tan enardecido que allí mismo sus nuevos acólitos le dieron honores de caudillo o «princeps».

Hay que decir que los árabes no les concedieron excesiva importancia (les preocupaba más la invasión de la Galia o la reorganización de los latifundios), pero el emir Ambasa ordenó que fuera hasta allí una expedición a ver qué pasaba.

A Pelayo y a los suyos les llegó el aviso de que iban unos musulmanes de camino a zurrarles la badana, así que optaron por encaminarse hacia los terrenos más montañosos y dieron con una oquedad natural abierta en la falda del monte Auseva.

No fue un hallazgo casual. Se da por hecho que en esa cueva (un abrigo, en realidad) existía en aquella época una capilla primitiva en la que se rendía culto a la virgen.

De hecho, el topónimo «Covadonga», según Constantino Cabal, proviene del latín «Cova dominica», es decir, «Cueva de la Señora».

Llegamos, pues, al meollo de la cuestión: la famosa batalla. La madre de todos los mitos en torno a la nación española y un punto que, tanto dentro de Asturias como fuera de ella, despierta fervor patriótico a raudales

Hay una pregunta clave: ¿Qué pasó exactamente? Y una única respuesta: No tenemos ni idea. Como ya se ha dicho, las crónicas hay que cogerlas con mucha precaución y aquí, como en todo, cada cual quiso arrimar el ascua a su sardina.

(Por no estar, ni siquiera está clara la fecha de la batalla: las crónicas hablan del año 718, pero los historiadores contemporáneos son partidarios de desplazarla hasta el 722.)

Al-Maqqari, por ejemplo, escribió sus crónicas en los siglos XVI y XVII, aunque empleó como fuente documentos datados en el X. Según su versión, los árabes zurraron a los cristianos hasta que no quedaron más de treinta hombres y diez mujeres en la cueva.

Llegados a ese punto, los musulmanes se retiraron porque también habían sufrido sus bajas y porque, según se consigna en sus escritos, pensaron que «treinta asnos salvajes, ¿qué daño pueden hacernos?»

La versión cristiana (o sea, la de las Crónicas de Alfonso III) es, como se puede suponer, muy distinta. Allí se cuenta que con los árabes viajaba un obispo, Oppas, que pretendía convencer a Pelayo de que claudicara ante el invasor.

Pelayo dijo que nanay, y ahí empezó una escabechina con efectos especiales y technicolor en que hasta la virgen apareció para que las flechas de los musulmanes se volviesen en el aire para ir a clavarse en los pechos de quienes las habían lanzado.

También aseguran que los pocos musulmanes que salieron vivos de allí terminaron sepultados, para mayor escarnio, por el derrumbe de unos montes que se vinieron abajo cuando pasaban a su vera.

En esa versión hasta salen del averno unos demonios para llevarse con ellos al obispo Oppas, por impío y por traidor. En la iglesia de Santa Eulalia de Abamia —que, según la tradición, mandó construir el propio Pelayo— hay un capitel que representa esa escena.

Las cifras también difieren bastante. Alfonso III, o su escribano, asegura que los cristianos eran unos trescientos. Al mismo tiempo, exagera hasta el esperpento el número de combatientes árabes: cuenta que eran unos 187.000.

Son números que, francamente, cuesta mucho dar por ciertos. Primero, porque cualquiera que conozca Covadonga sabe que allí no cabe tanta gente ni en broma. Segundo, porque la revuelta de Pelayo no fue tan importante como para movilizar a tantos efectivos.

(También se preció Alfonso III de haber recubierto de oro y piedras preciosas la cruz que supuestamente enarboló Pelayo en Covadonga. Sería la Cruz de la Victoria que se exhibe en la catedral de Oviedo. Es muy bonita, pero las pruebas han revelado que es bastante posterior.)

De hecho, puede suponerse por como empezó todo (un prisionero que huye y va reclutando afines por tribus aisladas y hasta enfrentadas entre sí) que aquella rebelión tenía, para los musulmanes, un cariz más bien anecdótico.

Pero bueno, sea como fuere, vencido o derrotado, sí es cierto que Pelayo salió de Covadonga convertido en líder de un grupo (no muy numeroso) de insurrectos. Ahora bien, cabe señalar un matiz importante, y es que Pelayo ni se tuvo exactamente por rey ni lo suyo fue una corte.

Como ya he dicho, a Pelayo lo nombraron «princeps» y «princeps» se quedó, y lo que instaló en Cangas de Onís no fue una corte propiamente dicha, sino un puesto de mando, o una plaza fuerte que no tuvo otro fin que el de establecer un perímetro de seguridad frente al invasor.

Ocurre que poco a poco fue llegando allí gente atraída por el ejemplo de aquellos guerrilleros que habían plantado cara a los musulmanes, y se fue generando una mínima estructura de poder que alcanzaría su culmen con la llegada a la cúspide del yerno de Pelayo.

Es decir, que hoy consideramos a Pelayo el primer rey de Asturias porque, en cierto modo, lo fue; pero es muy probable que él nunca se tuviera a sí mismo como tal, y que sólo empezara a pensar en términos de realeza cuando casó a su hija con el hijo del duque Pedro de Cantabria.

De hecho, fue el hijo de Pedro, Alfonso I, el que entendió bien de qué iba el cotarro y el que empezó una política de anexiones que comenzaría a configurar verdaderamente el gran Reino de Asturias.

Pero por concluir por hoy. ¿Son Covadonga y Pelayo importantes? Pelayo, sin duda. La batalla, en la medida en que propició el nacimiento de aquel pequeño puesto de mando en torno al cual se iría aglutinando poco a poco una buena parte de la cristiandad.

Ni fue la de Covadonga una batalla portentosa (debió de tratarse de una simple escaramuza) ni Pelayo tenía autoridad divina, aunque sí unas estimables aptitudes políticas. Hubo personajes que fueron mucho más determinantes en el Reino de Asturias, pero de eso hablamos otro día.