domingo, 24 de mayo de 2020

¡Se sienten, coño'!


Pues no, no es una orden para que empiece la clase, al menos porque la mayoría de los profes somos más educados y menos golpistas que el autor de esa celebre frase de nuestra historia reciente (al menos porque fue escuchada y vista por TV, a saber lo que diría en su momento el general Pavía)

Esta frase es de Antonio Tejero, teniente de la Guardia Civil, que el 23 de Febrero de 1981 le tocó ser el protagonista - y posiblemente marioneta- del último golpe de Estado patrio. Y sí, ya sé que alguno dirá que el gobierno de Tal o el gobierno de Cual también son o eran golpistas...pero vamos, por suerte y con la historia que tenemos, le podremos poner otros adjetivos, pero el golpe de Estado y el Pronunciamiento militar es patrimonio del ejército o la Guardia Civil en los numerosos casos que desde Fernando VII se han dado


Pero empecemos , si te dicen 23F ¿De qué hablamos? 

El golpe de Estado de 1981, también conocido como 23-F por su fecha, fue un intento fallido de golpe de Estado perpetrado el 23 de febrero de 1981 por algunos mandos militares en España, encabezados por el teniente coronel de la Guardia Civil Antonio Tejero. De ahí que también se le conozca popularmente como el golpe de Estado de Tejero.

Los episodios centrales fueron el asalto al Palacio de las Cortes por un numeroso grupo de guardias civiles a cuyo mando se encontraba Tejero, ocurrido durante la votación para la investidura del candidato a la presidencia del Gobierno, Leopoldo Calvo-Sotelo, del partido UCD, así como la ocupación militar de la ciudad de Valencia en virtud del estado de excepción proclamado por el teniente general Jaime Milans del Bosch, capitán general de la III Región Militar.

Pausa: ¿Milans del Bosch? ¿De qué me suena?, pues este ilustre apellido es el de Javier Milans del Bosh, el señor que manipuló los datos del bombardeo de Guernica por los alemanes (por ejemplo), pero el más famoso de este apellido es Jaime, un militar heroico del bando de Franco que defendió el Alcázar de Toledo en la guerra civil o que fue con la división azul en la segunda guerra mundial a luchar junto al bando de Hitler....y sorpresa, uno de los cabecillas del 23F (Spoiler...se fue de rositas, indultado en 1990)



El Origen del golpe

El golpe se encuentra estrechamente relacionado con los acontecimientos vividos durante la Transición española. Cuatro elementos generaron una tensión permanente que el Gobierno de Adolfo Suárez no logró contener: los problemas derivados de la crisis económica, las dificultades para articular una nueva organización territorial del Estado, las acciones terroristas protagonizadas por ETA y la resistencia de ciertos sectores del ejército a aceptar un sistema democrático.

Los primeros síntomas de malestar en el ejército aparecieron en abril de 1977 con motivo de la legalización del Partido Comunista de España (PCE). En noviembre de 1978 tuvo lugar la desarticulación de la Operación Galaxia, una intentona golpista que planeaba un golpe de Estado contra el Gobierno de Suárez. Su principal responsable, Antonio Tejero, fue condenado a 7 meses de prisión. Tejero protagonizaría años más tarde este golpe del 1981 (tampoco lo vieron venir, como pasó en la II república)


Crisis del Gobierno

La debilidad creciente de Suárez en el seno de su propio partido propició la presentación de su dimisión como presidente del Gobierno y presidente de la UCD el 29 de enero de 1981. Días después se producían incidentes en el país vasco y más acciones de ETA que incrementaron la tensión en la sociedad. Tras una ronda de contactos con los líderes de los partidos políticos,​ el rey Juan Carlos I designó a Leopoldo Calvo-Sotelo candidato a presidente el 10 de febrero y el día 23 iba a votarse su investidura en segunda votación, ya que la primera fue el día 20 y no prosperó al no contar con mayoría absoluta.

El Golpe

A las 18:00 horas de la tarde del 23 de febrero de 1981 empezaba la segunda votación nominal para la investidura de Calvo-Sotelo y el primer diputado en votar fue José Manuel García Margallo.​ A las 18:23 horas, cuando iba a emitir su voto el diputado socialista Manuel Núñez Encabo,​ se inició la Operación Duque de Ahumada,​ en referencia al fundador de la Guardia Civil. Según el plan trazado, un grupo de 200 guardias civiles,​ subfusil en mano, irrumpió en el hemiciclo del Congreso de los Diputados encabezados por Tejero.

Éste, desde la tribuna, gritó "¡Quieto todo el mundo!" y dio orden de que todos se tirasen al suelo. Como militar de más alta graduación allí presente y como vicepresidente del Gobierno, el teniente general del Ejército de Tierra Gutiérrez Mellado se levantó, se dirigió a Tejero y le ordenó que se pusiera firme y le entregase el arma. Tras un brevísimo forcejeo de Gutiérrez Mellado con varios guardias civiles, Tejero efectuó un disparo al aire que fue seguido por unas ráfagas de los subfusiles de los asaltantes. El comunista Santiago Carrillo y el ex presidente Suárez se mantuvieron sentados en sus escaños.

A las 19:40 horas, Tejero cogió por el brazo a Suárez, y ambos salieron del hemiciclo. Se dirigieron a una habitación donde Suárez pidió a Tejero que se explicara, pero el golpista le desautorizó. Pasadas las 20:00 horas, otros cinco diputados fueron separados del resto: el vicepresidente del Gobierno, teniente general Gutiérrez Mellado; el líder de la oposición, el socialista Felipe González; el segundo en la lista del PSOE, Alfonso Guerra; el líder comunista, Santiago Carrillo;​ y el ministro de Defensa y presidente de UCD, Agustín Rodríguez Sahagún.

Poco después de la entrada de Tejero al Congreso y siguiendo el plan previsto, se sublevó en Valencia el Capitán General de la III Región Militar, Jaime Milans del Bosch. Este desplegó la División Motorizada "Maestrazgo", con dos millares de hombres y cincuenta carros de combate, a las calles. Los efectivos se desplegaron desde el puerto de Valencia hasta el centro de la ciudad, donde apuntaban a los edificios institucionales, como el Ayuntamiento o las Cortes valencianas.

El papel del Rey

El controvertido papel del Rey es por hoy todavía una figura de debate histórico. Se da por hecho que la negativa del rey Juan Carlos I a apoyar el golpe permitió abortarlo a lo largo de la noche. El monarca se aseguró mediante gestiones personales y de sus colaboradores la fidelidad de los mandos militares, aunque algunas fueran ambiguas.

A la 1:14 minutos de la madrugada del día 24 de febrero​ se emitió a través de la primera cadena de TVE un mensaje del rey, vestido con uniforme de Capitán General de los Ejércitos, grabado una hora antes en su despacho del Palacio de la Zarzuela. El monarca se dirigió a la nación para situarse contra los golpistas, defender la Constitución, llamar al orden a las Fuerzas Armadas en su calidad de Comandante en Jefe y desautorizar a Milans del Bosch.​ A partir de ese momento el golpe se dio por fracasado.

Hacia la 1:00 de la madrugada, Milans del Bosch recibió la llamada del Rey ordenándole retirar las tropas. y obedeció. Sin embargo, Tejero resistió hasta el mediodía del día 24. Hacia las 10:00 horas se permitió la salida de las diputadas del Congreso, a las 10:30, negoció con Armada las condiciones de su rendición. Las condiciones incluían su salida sin la presencia de periodistas y que los guardias de rango inferior hasta teniente no serían juzgados. La Zarzuela dio su conformidad al acuerdo. Este pacto se conoce como el pacto del capó, ya que se firmó sobre el capó de un Land Rover.

¿Qué pasó realmente?

Tras el golpe quedaron algunos interrogantes, especialmente referidos al papel de cada uno de los principales golpistas y especialmente a las intenciones y apoyos de Armada. Fueron condenados a 30 años de reclusión, como principales responsables, Milans del Bosch, Alfonso Armada y Antonio Tejero Molina.

Tampoco ha sido suficientemente aclarado el papel desempeñado por el comandante del entonces denominado CESID,​ hoy Centro Nacional de Inteligencia, José Luis Cortina, absuelto en el juicio por falta de pruebas, si bien el capitán Gómez Iglesias, un subordinado suyo, fue condenado por organizar la llegada de los guardias civiles asaltantes al Congreso utilizando vehículos, placas de matrícula falsas y equipos de transmisiones pertenecientes a la escuela de agentes operativos del CESID.

Se da por hecho que la identidad secreta del popularmente conocido como 'Elefante Blanco', era el general Armada (otro participante en la GC y la división azul), militar promotor del golpe al que Tejero esperaba en el Congreso de los Diputados para hacerse cargo del gobierno. A las 00.30 de la noche del 24 de febrero el general Armada dió la contraseña a los guardias civiles que custodiaban la entrada al Congreso: "Duque de Ahumada".

Armada, el cerebro del golpe, era muy amigo y padrino del rey Juan Carlos, y había sido Secretario de la Casa Real durante años. Sin embargo, su plan B de tomar el Gobierno y hacer una mezcla de democracia y golpe militar fracasó al negarse la Casa Real a aceptar el trato. ¿Un Primo de Rivera/Alfonso XIII parte 2?

En los últimos tiempos, diversos autores, identifican al rey Juan Carlos I con la figura del 'elefante blanco', cuestión que quedará probada o desmentida cuando sean desclasificados los documentos relativos a aquel episodio negro de nuestra joven democracia (ya dijimos en las clases que faltan años para ello y que el exrey Juan Carlos I tendrá 93 años).

Sorpresa GIFs | Tenor
Estos autores coinciden en afirmar que la estrategia de la casa real y sus cómplices en el ejercito y en la política no era otra que la de lavar la cara a una institución a la que la mayoría de los españoles identificaban con la dictadura franquista.

Recordemos que mucho se ha dicho que la democracia la trajo Juan Carlos I al morir Franco, en 1981, además, la salvó
Lo siento mucho. Me he equivocado. No volverá a ocurrir on Make a GIF


(Gran parte de la información sacada del diario LA VENTANA DE CLM)

sábado, 23 de mayo de 2020

El Fantasma de la Transición

Cualquiera que haya nacido durante la Transición, crecido en la nueva democracia de ella salida y madurado con la consolidación de la democracia habrá escuchado que la Transición fue MODÉLICA, un ejemplo a seguir, de hecho, en los libros de texto de secundaria ese podría ser el resumen del periodo del 76 al 82. 

Siendo ciertas algunas cosas que en los apuntes y en las clases ya señalamos, tenemos que volver a señalar uno de los mantras que casi en cada tema hemos repetido este curso (y que por desgracia este año no podrá formar parte de vuestro discurso sobre el profe de historia en la puesta de bandas):
"No podemos contar la HISTORIA que nos hubiera gustado que pasara, contamos la que OCURRIÓ"

Por lo tanto, Transición modélica,  es una afirmación muy gruesa. Ya hemos visto varios ejemplos de ello y en este artículo vamos a señalar otro, curiosamente (como suele pasar en varios asuntos más) nos sirve no solo para desmontar un falso mito, también vuelan de un plumazo algunos de los mantras de otras épocas, por ejemplo, uno de los mantras del Franquismo para justificar el golpe de Estado era el de "la violencia durante la II República" (como si hubiese sido la única época y provocada -evidentemente- por los 'rojos')




Y es que durante la Transición se produjeron 591 muertes (digamos que 'políticas'), hubo violencia, miedo y un clima de que la democracia se fuera al traste por la habitual manía de una parte de la sociedad de perder su comodidad labrada durante años.

Para que te hagas una composición y comparativa, en 1936 tras la victoria del Frente Popular y hasta la Guerra Civil (Febrero a Julio) hubo entre 262 muertes si coges los datos de Rafael Cruz y 486 si coges los del diario ABC

A continuación reproduzco  un artículo del periodista Alejandro Torrús:

El caso más sonado fue el 24 de enero de 1977, Alejandro Ruiz, abogado laboralista de Comisiones Obreras, acudió como cada día al local que el sindicato tenía en la céntrica calle de Atocha. Ruiz se encontraba en una reunión con otros ocho compañeros. En el ambiente de la ciudad se respiraba el miedo. Ellos sabían que en la España de la época corrían peligro. Pero nadie imaginaba algo así. A las 22.40 horas de la noche un grupo de tres pistoleros asaltó el despacho. Preguntaron por Joaquín Navarro, histórico líder de Comisiones Obreras. No estaba. Desde entonces, nada fue igual

De los nueve abogados que se encontraban en la sala cinco murieron en el acto: Luis Javier Benavides, Enrique Valdelvira, Javier Sauquillo, Serafín Holgado y Ángel Rodríguez. Cuatro lograron salvar la vida: Luis Ramos, Miguel Sarabia, Dolores García y el propio Alejandro.


El mismo 24 de enero, horas antes de la matanza de Atocha, un bote de humo lanzado por la Policía impactó en la frente de la estudiante universitaria Mariluz Nájera, causándole la muerte. En ese momento, Mariluz se encontraba en la manifestación protesta por el asesinato de otro joven estudiante un día antes: Arturo Ruiz, quien fue tiroteado por un grupo de extrema derecha durante una manifestación que pedía la amnistía para los presos políticos que aún estaban encarcelados.

“La Transición no es el cuento de hadas que nos cuentan. Cada vez que había una fecha decisiva para el cambio político se recrudecía la violencia política en la calle. El objetivo era que la calle no fuera de izquierdas, así como controlar el proceso sin tocar a los franquistas ni los grandes capitalistas. Se pretendía desestabilizar y frenar el proceso democrático”, analiza Mariano Sánchez, autor de la obra La Transición Sangrienta (Península).


Los datos que aporta Mariano Sánchez en su obra son demoledores. Entre 1975 y 1983, se produjeron 591 muertes por violencia política (terrorismo de extrema izquierda y extrema derecha, guerra sucia y represión). De ellos, nada menos que 188 de los asesinados, los menos investigados, entran dentro de lo que el autor denomina violencia política de origen institucional. Es decir, los asesinatos “desplegados para mantener el orden establecido, los organizados, alentados o instrumentalizados por las instituciones del Estado”, explica Mariano Sánchez.

“Un ejemplo: al estudiante Arturo Ruiz lo mató un miembro de los guerrilleros de Cristo Rey de los que ayudaban a la policía a reprimir las manifestaciones. Es lo que entonces se llamaban grupos de incontrolados", agrega.

Los grupos incontrolados de extrema derecha causaron 49 muertos; los grupos antiterroristas asesinaron a 16 personas, principalmente del entorno de ETA y el GRAPO; la represión policial le costó la vida a 54 personas; 8 personas fueron asesinados en la cárcel o en comisaría; 51 murieron en enfrentamientos entre la Policía y los grupos armados; mientras que ETA asesinó a 344 y el GRAPO a 51.

Y un dato más. Sólo en 1977, la policía cargó contra 788 manifestaciones en España, el 76% del total. Había que controlar la calle porque, no hay que olvidar, la vía pública tenía un dueño.

La violencia no cesó tampoco una vez aprobada la Constitución. En 1980, 30 personas fueron asesinadas por “violencia política de origen institucional”. Entre los numerosos atentados quedó grabado en la memoria el secuestro y asesinato en Madrid de la dirigente estudiantil Yolanda González, militante del trotskista Partido Socialista de los Trabajadores, un pequeño grupo político que provenía de una escisión de la Liga Comunista Revolucionaria.

Yolanda, de apenas 18 años, fue secuestrada y ejecutada por un comando fascista compuesto por militantes de Fuerza Nueva, comandado por Emilio Hellín Moro, y organizado por el jefe de seguridad del partido de Blas Piñar. “La asesinaron y dejaron su cuerpo tirado en una carretera comarcal. Le quitaron la vida un tiro en la sien disparado por Hellín Moro, quien hoy vive plácidamente, a pesar de haber de que fue condenado a más de treinta años por el asesinato y secuestro de Yolanda”, escribe Sánchez.

La indulgencia de la justicia con los asesinos de extrema derecha de la Transición fue la tónica habitual. “Hay que partir de la base que los encargados de investigar los terrorismos era la misma gente que antes estaba en la Brigada Político Social de Franco. No se hizo una limpieza en las instituciones. (nota que añado "Recordemos al torturador de la brigada político social de Franco, Billy el Niño, muerto hace unos días por Covid 19 pero que murió con una pensión del Estado - por los palos prestados- y sus condecoraciones intactas")

La connivencia de la Justicia con los asesinos de ultraderecha se ejemplifica, una vez más, con el caso de la matanza de Atocha. Antes incluso del comienzo de la vista, el juez instructor del caso, Gómez Chaparro-que provenía del Tribunal de Orden Público- concedió un permiso de fin de semana a Fernando Lerdo de Tejada, sobrino de una secretaria de Blas Piñar (fundador de Fuerza Nueva) e imputado en la causa por asesinato.

Lerdo de Tejada jamás regresaría a la cárcel de Ciudad Real y, hasta hoy, permanece desaparecido. Su delito prescribió en febrero de 1997. Los otros dos imputados por el asesinato de los abogados, Fernández Cerrá y García Juliá, sí fueron juzgados y condenados, cada uno, a 193 años de cárcel (cumplieron 15 y 14 años respectivamente). Además, el secretario provincial del Transporte de Madrid, Francisco Albadalejo Corredera, fue condenado a 73 años de prisión por haber dado la orden

Nunca se investigó más arriba de Albadalejo. Las sospechas de que el asesinato fue organizado desde élites políticas cercanas al franquismo han circulado siempre entre los abogados supervivientes y su círculo. Sin embargo, nunca se investigó

“Nos movemos en un tiempo muy difícil entre la memoria y el olvido, pero sin memoria no se puede tener futuro. La democracia le costó la vida a cientos de personas. No fue fácil llegar hasta aquí ni construir una democracia en la que todos tenemos cabida. Recordémoslo”, sentencia Alejandro Ruiz.

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Conclusión: Con este tipo de cuestiones, unidas a que los crímenes del franquismo no se investigaron, miles de muertos siguen en las cunetas...etc, cuanto menos, lo de modélica Transición se antoja algo excesivo.

Dos curiosidades, el primer discurso de Navidad de Juan Carlos I poco más de un mes de la muerte de Franco da la sensación de lo costoso que fue cerrar página (bueno..ni mucho menos se ha cerrado)


"Todo atado y bien atado" (una frase que tiene mucho significado)



sábado, 16 de mayo de 2020

Depuración de docentes


La depuración fue un proceso gubernamental, de profundas consecuencias sociales y culturales,​ para desmantelar la obra educativa republicana, caracterizada por el laicismo, la coeducación y la introducción de nuevos métodos pedagógicos.​ La tarea, a partir de 1939, fue encomendada a tribunales designados por la Comisión Superior Dictaminadora, y se desarrolló entre 1940 y 1945.​ Algunos estudios amplían la fecha de finalización del proceso depurador hasta 1956, año en el que todavía se tramitaban las solicitudes de algunos expedientes de revisión de sanciones.

En total, los especialistas calculan que «se sancionó aproximadamente entre un 25% y un 30% de los docentes depurados

Según la normativa depuradora, las Comisiones debían pedir al menos cuatro informes diferentes: al alcalde, cura párroco, jefe de la Guardia Civil y a un padre de familia bien considerado, que vivieran donde estuviera ubicada la escuela e individuo objeto de investigación.

Los profesores, para poder defenderse, tenían que acreditar su buena conducta, pidiéndole ayuda a los vecinos, a representantes de profesiones prestigiosas, autoridades como el párroco, alcalde y Guardia Civil, y también en la escuela. Ello resultaba muy contradictorio, ya que eran los mismos que frecuentemente habían emitido los informes desfavorables. Se sucedían denuncias privadas, en la mayoría de las ocasiones emitidas por personas anónimas, a las que las autoridades pedían la máxima colaboración para contribuir a la llamada «causa nacional». Parece interesante este dato, ya que confirma las sospechas al pensar que el proceso de la depuración se llevó a cabo en diversas ocasiones a modo de venganza, por razones personales. En otras ocasiones, para que la plaza vacante pudiera ser ocupada por un familiar o un adepto al régimen franquista.



Los castigos y sanciones eran los siguientes:

El más grave fue sin duda las ejecuciones de aquellos docentes que se habían mostrado hostiles al alzamiento y fieles a la República.

La separación definitiva del cargo, es decir, separación del Cuerpo y baja en el escalafón. Esta fue la sanción más dura y con mayor repercusión en el cuerpo del magisterio, ya que suponía la prohibición de ejercer, o por el contrario, una disminución en la categoría de la profesión. Tanto una sanción como la otra, eran graves y perjudiciales para el maestro en cuestión, ya que alteraba y modificaba la vida de los docentes.

El traslado forzoso, que fue también una de las sanciones más graves, ya que se trataba de alejar a determinados docentes de su lugar de trabajo. La prohibición de solicitar vacantes solía ir unida a la anterior solución, y se imponía entre un mes y cinco años. Existían dos tipos de traslado forzoso, dentro y fuera de la provincia, esta última variante era aplicada a docentes que habían militado en partidos políticos autonomistas, sobre todo fue usada con docentes catalanes, vascos y, en menor medida, gallegos.

Suspensión temporal, o provisional de empleo y sueldo, o en algunos casos la jubilación forzosa. También pérdida de sueldos dejados de percibir, es decir la pérdida de una parte del sueldo mientras se tramitaba el expediente correspondiente. La suspensión de empleo y sueldo abarcaba entre un mes y dos años.

Inhabilitación para el desempeño de cargos directivos y de confianza, este tipo de sanción iba dirigida para el profesorado que era sospechoso, aunque no se había podido demostrar nada.

Y por último la inhabilitación para ejercer la Enseñanza, se refería a que no se podía ejercer legalmente la enseñanza privada.


Los cargos que se imputaron a los maestros sancionados fueron muy variados, ya que cada una de las Comisiones Depuradoras Provinciales los tipificaba de forma distinta, pero fundamentalmente se pueden clasificar en los siguientes: cargos políticos y sindicales, cargos sociales, cargos particulares, cargos religiosos y cargos profesionales.

-En el primer grupo, cargos políticos y sindicales, se imputaron conductas de participación y afiliación a partidos políticos del Frente Popular y sindicatos de izquierda, pero también manifestaciones de opiniones políticas, votos emitidos en los sufragios de febrero de 1936, la participación en la Revolución de octubre de 1934 o la simple lectura de periódicos no derechistas. 

Algunos de los cargos formulados literalmente en este apartado fueron los siguientes: militancia en el Partido Comunista, pertenecer a F.E.T.E (sección sindical de enseñanza de UGT, acordaros de la maestra de la Voz dormida), actuar en partidos políticos de izquierda trabajando para su triunfo el 16 de febrero de 1936, simpatizar con los partidos del Frente Popular, votar siempre candidatura de izquierdas, amistad con personas de izquierdas.

-Los cargos de tipo social recogían también conductas políticas, pero de menor grado de compromiso y participación, fueron aplicados sobre todo a maestros a los que no se le consiguió probar filiación política izquierdista ni sindicalista, en este apartado figuraron acusaciones de la siguiente índole: «relacionarse mucho con los obreros», manifestar no importarle nada la implantación del comunismo en España, leer prensa de izquierdas, no tener amor a la patria (Leñe, esto me suena)

-Los cargos religiosos no figuraban recogidos como tal en prácticamente ningún protocolo de depuración provincial, pero lo cierto es que existieron como tales. Se vigiló especialmente las opiniones religiosas de los maestros, la asistencia a oficios y misas, así como la proyección de su conducta religiosa en la escuela y sobre el resto de la sociedad, estableciéndose distintos grados de gravedad en las conductas, que iban desde el ateísmo al laicismo pasando por la indiferencia religiosa o el cumplimiento irregular del precepto de asistencia a la misa dominical. Entre este tipo de cargos figuran los siguientes: observar conducta de verdadero ateo, hacer alarde de irreligiosidad, jactarse de no ser creyente, hacer pública ostentación de ser laico, incumplimiento de los deberes religiosos, no cumplir el precepto pascual.(acordaros de la película de la lengua de las mariposas como el maestro no iba a misa)


Según algunas estimaciones, el número de maestros sancionados se aproximó a los 20 000, habida cuenta de que en 1936 había en ejercicio en torno a 60 000 maestros nacionales, se puede concluir que la depuración implicó la imposición de sanciones para un tercio del total del cuerpo. Pero las repercusiones más lesivas de la depuración no solo afectaron a los docentes sancionados. La depuración supuso una notable merma de la calidad educativa de la escuela española, sobre todo durante la década de los años cuarenta y cincuenta, ya que una parte muy importante de las plazas dejadas vacantes por los docentes fueron ocupadas por militares que habían participado en la Guerra Civil combatiendo del lado del bando sublevado, heridos y mutilados de guerra, sus viudas (referencia también como la funcionaria de la Voz dormida) y sus familiares más directos.

A lo largo del conflicto y con posterioridad, se llevaron a cabo oposiciones y concursos con plazas reservadas para excombatientes, sin apenas preparación pedagógica y profesional, que introdujeron en las escuelas españolas disciplinas y protocolos de inequívoca ideología castrense

En los casos de personas afectadas por las depuraciones políticas, tanto en el ámbito laboral como en las administraciones públicas, éstas se vieron privadas de su derecho a percibir una jubilación, en el mejor de los casos.

A muchos de los maestros/as les fusilaron y tiraron a fosas comunes. Fueron miles los ejecutados y otros tanto los que perdieron su trabajo

Super Franco



Franco es el personaje español del siglo XX, para lo bueno según sus defensores y para lo malo según sus detractores. Sin embargo, Franco, si todo hubiera seguido el curso "lógico" no hubiera pasado de ser un destacado militar africanista y uno de los militares golpistas...¿O no?



Santiago Casares Quiroga, en el centro, al lado de Manuel Azaña. A la dcha., el general Francisco Franco


Francisco Franco empezó a tener protagonismo cuando en 1934 acabó con la sublevación de Asturias, no era un militar amante de la república, su corazón era más monárquico pero en su obligación castrense estaba servir al gobierno en es momento existente.


Tras las elecciones del Frente Popular de febrero del '36 estuvo entre los generales que planearon acabar con la república para evitar que la izquierda pudiera volver a intentar consolidar las reformas del 31 y 32, paradas desde el gobierno de Lerroux y la CEDA


Sin embargo Franco no iba a ser el número 1 o el líder de este movimiento y el estar apuntado al plan lo hacía con un pie dentro de la colaboración y otro fuera. Una de las razones estaba en que en esa época, Franco ya superada la edad de 40 años y con una carrera consolidada y una familia, no se fiaba de que si el plan salia mal tuviera una segunda oportunidad como la que la república le permitió a Sanjurjo tras el golpe fallido del 32, el mandarlo a Canarias no era tan malo como otra decisión a un fracaso de la sublevación. El fracaso de Sanjurjo puso en aviso en la mente del militarismo golpista patrio (acostumbrado desde Isabel II a salirse con la suya) a que no siempre el golpe de estado a un gobierno democrático se iba a saldar bien y los daños colaterales iban a ser mínimos.


Franco , apuntado al carro del plan, escribía esto:

"Es tan grave el estado de inquietud que en el ánimo de la oficialidad parecen producir las últimas medidas militares, que contraería una grave responsabilidad y faltaría a la lealtad debida si no le hiciese presente mis impresiones sobre el momento castrense y los peligros que para la disciplina del Ejército tienen la falta de interior satisfacción y el estado de inquietud moral y material que se percibe, sin palmaria exteriorización, en los cuerpos de oficiales y suboficiales".

¿A quién le advertía del malestar del ejercito?, pues al presidente del gobierno, Casares Quiroga, en una carta...el 23 de Junio del 36, tres semanas antes del golpe.

Pero, en esa misma carta, también decía: "Faltan a la verdad quienes le presentan al Ejército como desafecto a la República; le engañan quienes simulan complots a la medida de sus turbias pasiones"

Es decir, por un lado advierte al presidente del gobierno del malestar de parte del ejercito por el clima reinante pero por otro le dice que no se preocupe que nadie quiere acabar con la república


Y es que así se manejaba Franco, en la ambigüedad, en estar en el momento justo y en el sitio exacto. Ambigüedad que le acompaño todo su vida y no tenéis más que ver lo que paso con el tema de las simpatías y apoyo a Hitler antes y mientras el Eje iba ganado la guerra, no querer pillarse los dedos y por eso también, el golpe planeado para el 20 de Abril, no se concreto, siendo Franco uno de los que no lo tenía claro. Pero es que incluso,a finales de Junio, cuando el plan seguía en marcha ya se iba lavando las manos con el propio presidente del gobierno.


Y lo cierto es que Mola, Sanjurjo, Manuel Goded y Queipo de Llano conspiraban ya contra el gobierno del Frente Popular. Tanto Payne como el historiador Juan Carlos Losada atribuyen a Santiago Casares Quiroga una alarmante pasividad ante el evidente y clamoroso ruido de sables que el propio Franco deja notar en su escrito:

"Los escritos que clandestinamente aparecen con las iniciales de U.M.E. y U.M.R.A son síntomas fehacientes de su existencia y heraldo de futuras luchas civiles si no se atiende a evitarlo, cosa que considero fácil con medidas de consideración, ecuanimidad y justicia (...) No le oculto a V.E. el peligro que encierra este estado de conciencia colectivo en los momentos presentes, en que se unen las inquietudes profesionales con aquellas otras de todo buen español ante los graves problemas de la patria. Apartado muchas millas de la península, no dejan de llegar hasta aquí noticias, por distintos conductos, que acusan que este estado que aquí se aprecia, existe igualmente, tal vez en mayor grado, en las guarniciones peninsulares e incluso entre todas las fuerzas militares de orden público...".

A tenor de las palabras del general, destinado en las Islas Canarias, se deduce, prácticamente, un anuncio de las posibles consecuencias al mismo tiempo que una disposición para tratar de reconducir la situación del descontento del ejército: 


"Conocedor de la disciplina, a cuyo estudio me he dedicado muchos años, puedo asegurarle que es tal el espíritu de justicia que impera en los cuadros militares, que cualquiera medida de violencia no justificada produce efectos contraproducentes en la masa general de las colectividades al sentirse a merced de actuaciones anónimas y de calumniosas delaciones".

Franco daba a entender que si se atendían a las demandas del Ejército, éste podría permanecer leal a la República, lo que según Preston sólo se conseguiría si Casares Quiroga otorgaba a Franco un puesto adecuado desde podría desbaratar el complot.

La concurrencia de Franco en el golpe por su prestigio como africanista para hacerse cargo de la sublevación del ejército de Marruecos era importante para los conspiradores de mayor peso como Mola, Sanjurjo o Goded, pero su actitud vacilante exasperó a sus compañeros de armas hasta apodarle "Miss Islas Canarias 1936"

La carta denota, en cualquier caso, que Franco, a comienzos del verano de 1936, estaba mucho menos decidido a tomar parte en la conspiración de lo previsto, según el análisis del hispanista británico. Franco terminaba su carta con una clarísima advertencia al presidente del Consejo de Ministros:

"Considero un deber hacerle llegar a su conocimiento lo que creo una gravedad grande para la disciplina militar, que V.E. puede fácilmente comprobar si personalmente se informa de aquellos generales y jefes de cuerpo que, exentos de pasiones políticas, vivan en contacto y se preocupen de los problemas íntimos y del sentir de sus subordinados.

Muy atentamente le saluda su affmo. y subordinado, Francisco Franco".




Para Preston, Quiroga podría haber o arrestado o sobornado a Franco para neutralizarle, pero era "típico de la despreocupación del presidente del Consejo de Ministros no hacer ni uno ni lo otro". Stanley Payne interpreta, en cambio, que para entonces el peligro de la intentona golpista, se consideró un mal inevitable y hasta cierto punto controlable. Menos de un mes después de recibir la carta del general Francisco Franco, estallaba la sublevación, cuyo fracaso conduciría a la Guerra Civil.

En esa ambigüedad y que el mismo Franco podía haber desecho el golpe de no ser por Casares Quiroga, recordemos con este vídeo, que algunos de los militares golpistas no se fiaban de él, Queipo, Cabañellas o Mola.

https://drive.google.com/file/d/1lVX-4ultJBHQ4Jatgyqsezbn7nnTqfkJ/view?usp=sharing

Con el asesinato del líder monárquico Calvo Sotelo, el corazón ideológico de Franco le hizo decidirse ya ( a 5 días del 18), aún así, todavía se ando con pies de plomo y empezó su otra característica, la suerte y el estar en el sitio justo

El 14 de Julio, en la propia Comandancia Militar de Canarias, (hoy Capitanía General), en la Plaza Weyler de Santa Cruz de Tenerife iban a intentar matarlo. La decisión fue tomada por unos catalanes residentes en Tenerife, en una reunión del Comité Confederal de Canarias y de la Federación Anarquista Ibérica (FAI). El cerebro de la conspiración fue Antonio Vidal Arabi, un intelectual catalán que vivía en Santa Cruz y tres anarquistas fueron los encargados de ejecutar un astuto plan para matar a Franco.


Contaban con la ayuda de otra catalana, Maria Culi Palou, enlace con los extremistas, propietaria del Restaurante Odeón y que también regentaba una cantina de soldados, situada en uno de los laterales de la Comandancia General. Durante la noche de autos, los tres anarquistas armados, se colaron por una trampilla desde la cantina, a la azotea y de allí al corredor que conducía a la habitación del Comandante General Francisco Franco, pensando que por el calor la puerta podría, (como otras veces), estar abierta, pero Franco siempre muy precabido la había cerrado y encima puesto un tranca, por lo que no solo no la pudieron forzar (era de tea), sino que con el ruido lo despertaron, y este por una ventana dio la alarma a la guardia, que a tiros puso en fuga a los pistoleros.


El día 17 de Julio (que estalla la sublevación en Melilla), Franco embarca en un barco con destino a Las Palmas de Gran Canaria, y es allí donde se produce el segundo intento de asesinarlo. Tampoco funcionó.

El mismo 18 de Julio de 1936 le espera un avión, ("Dragón Rapide"), contratado por oficiales sublevados y financiado por Juan March y gestionado por Luca de Tena para trasladarle a Marruecos, para ponerse al frente del Ejército de África, decisivo en el desarrollo del Alzamiento Militar. Pues bien, para llegar al aerodromo por carretera tenía que pasar por un tunel donde lo esperaban para asesinarlo, pues el tío tomó un barquito y fue por la costa...y se libró


Pero no acaba la cosa ahí, El "Dragón Rapide" despega camino de Agadir, con Franco vestido de paisano y un pasaporte falso (no se iba a vestir de militar por si el golpe había fracasado....que "crack"), con apariencia de un simple turista, no baja del avión. A las 21,15 llegan a Casablanca, donde pernoctan. Allí le informan que no se dirija (como estaba previsto), a Tánger ya que advertidos de su viaje, militares leales a la República le esperan para detenerlo, por lo que se dirigen al Aeródromo de Sania Remel, (Tetuán), hasta hace poco defendido por el comandante De la Puente Bahamonde, primo hermano de Franco y que permaneció fiel a la República. El Aeródromo ya se encuentra controlado por el Teniente Coronel Sáenz de Buruaga, hombre de confianza de los sublevados.


El 19 de Julio sobrevuela Melilla, pero no sin antes tomar una última precaución: dio al piloto, ( Capitán Cecil W.H. Bebb), la orden de dar una pasada rasante sobre la pista para comprobar que todo estaba en regla, reconociendo en ella a Sáenz de Buruaga, (da la orden de aterrizar...ya vestido de militar se pone al mando del decisivo ejercito de África, ahora hay que pasar a la península...pero esa historia ya la conocéis de esta entrada
http://garofanohistoriaesp2bch.blogspot.com/2020/05/luchadores-sin-moviles-parte-1.html


El resto de la historia confirma esa suerte de Franco, no confundamos con la fortuna que fue haciendo durante la dictadura (no sería por el sueldo de militar, seguro). El que iba a ser el líder del golpe, Sanjurjo, muere en accidente de avión cuando volvía de su "exilio" en Portugal el 20 de Julio, el avión se estrella al despegar, el piloto sobrevive, Sanjurjo no.


Goded, otro de los candidatos, fracasa en dar el golpe, es arrestado y fusilado, Fanjul en Madrid, tres cuartos de lo mismo y recordar que estos dos generales en cuanto antigüedad militar igualaban a Franco, así que perfectamente podrían haber sido elegidos. Franco tiene bastante campo despejado y este se termina de abrir cuando antes de Octubre. Una vez que con la ayuda alemana e italiana pasan a la Península, desde Andalucía, el ejercito de África se dirige hacía Madrid, ya en Andalucía occidental y Extremadura ya se encargaban Queipo y Yagüe de masacrar al personal. 
 El 21 de julio de 1936 una guarnición de Guardias Civiles y militares sublevados se encerraron en la fortaleza con mujeres y niños. Franco, una vez cerca de Madrid y abandona la marcha hacia la capital y se dirige a Toledo, a socorrer a los sitiados.

Durante setenta días aguantaron el asedio de los republicanos (aunque fue el general Moscardó el que aguanto el asedio todo el tiempo) , el 27 de septiembre las tropas de Franco liberaron la fortaleza en ruinas. Al día siguiente, el general sería nombrado jefe del Estado nacional. Este hecho quedó en la época del régimen como uno de los grandes hitos, hay que tener en cuenta que Toledo era la capital de los visigodos, la civilización anterior a la llegada de Al-Andalus y ya sabemos (por la otra tarea que tenéis sobre la educación) como gustaban de épicas y personajes medievales

Este hecho de liberar el Alcázar de Toledo (aunque el gran merito de la resistencia no fuera de Franco) le dio un plus para a los días ser elegido por Mola como jefe

El último capítulo sería al año siguiente, cuando ya siendo jefe de la sublevación, Mola, el director del golpe, desaparece del mapa en otro accidente de avión....teniendo en cuenta que el hermano de Franco ex-diputado de Esquerra republicana de Cataluña también palmó en accidente de avión, alguien puede ver fantasmas en este tema, pero hay que decir que la aviación en los años '30 era relativamente fiable...no busquéis complots (que se sepa por ahora)

A Franco se le despejó en un año todo el camino, el resto ya se lo hizo la ayuda exterior y la propia república hasta el 39
No era el militar más destacado, el político más convincente y no tenía el carisma de otros de su estilo, pero con los meses aprendió a cobrarse las deudas y acabar con el adversario
Tras el final oficial de la guerra, el 1 de abril de 1939, la destrucción del vencido se convirtió en prioridad absoluta. Comenzó en ese momento un período de ejecuciones masivas, y de cárcel y tortura para miles de hombres y mujeres, especialmente en aquellas provincias conquistadas por el ejército de Franco en los tres últimos meses de la guerra.


España vivió a partir de abril de 1939 la paz de Franco, las consecuencias de la guerra y de quienes la causaron. España quedó dividida entre vencedores y vencidos. Para recordar siempre su victoria en la guerra, para que nadie olvidara sus orígenes, la dictadura de Franco llenó de lugares de memoria el suelo español, con un culto obsesivo al recuerdo de los caídos, que era el culto a la nación, a la patria, a la verdadera España frente a la anti-España (¿De qué me suena?), una manera de unir con lazos de sangre a las familias y amigos de los mártires frente a la memoria oculta de los vencidos, cuyos restos quedaron abandonados en cunetas, cementerios y fosas comunes.


¿Sabéis que paso con el que le llamaba 'Paca, la culona', el general Queipo de Llano?. Franco le devolvió los favores prestados en Andalucía, pero de héroe a villano, El Caudillo no era el más listo, pero tampoco tonto.

domingo, 10 de mayo de 2020

Luchadores sin móviles (parte 2)

  Fuente: Cadena Ser

Entre siete y nueve mil guerrilleros combatieron contra el régimen franquista

Dicen que todo español lleva un guerrillero dentro. La lucha de la guerrilla antifranquista, los llamados "maquis" es un epígono de la guerra civil. Los que la escribieron fueron gente del pueblo, variopinta, y como en toda lucha cometieron errores, se dejaron llevar a veces por la rabia o la desesperación. Pero en su mayoría, tenían muy a gala ser los últimos defensores de la república.

Cuando la guerra civil acabó en 1939, muchas personas de ideología republicana marcharon al monte y emprendieron una lucha desde las sierras españolas. Otros lo hicieron por el acoso sufrido por las fuerzas del orden. La lucha guerrillera duró hasta 1952, pero sus coletazos alcanzarían hasta los años sesenta. Los guerrilleros se sentían una prolongación del Ejército republicano. Sin embargo, la historia oficial hasta el momento los considera como "bandoleros"

La realidad de aquellos años estaba compuesta de contraseñas, complicidades, disimulo y miedo. Era un heroísmo cotidiano, hecho de claves y de miradas, de palabras a media voz y protagonizado por guerrilleros de la montaña y sobre todo por los guerrilleros del llano, los enlaces. Porque si los que combatían al régimen franquista en los montes y sierras de España aún tenían armas para defenderse, los enlaces, muchas veces mujeres o niños, estaban inermes ante la dictadura. Frente a unos 7.000 guerrilleros, el número de enlaces fue diez, veinte veces mayor. Según cifras oficiales hubo 20.000 enlaces detenidos. Otros murieron a manos de las fuerzas de la Guardia Civil, que les aplicó la "ley de fugas", les torturó o les fusiló. Entre los enlaces algunos se convirtieron en delatores para salvar la vida. La guerrilla es una historia de héroes y villanos que tiene numerosas zonas grises.

Las zonas de actividad guerrillera fueron aquellas que tenían unas características geográficas que la hacían posible, como las cadenas montañosas. Esa fue su cara y su cruz. Si por un lado permitió la supervivencia de partidas con mucha movilidad, por otro redujo la actividad guerrillera a territorios poco poblados y aislados. La guerrilla en España no fue homogénea, no hubo una, sino muchas guerrillas. Hay diferencias no solo regionales, sino hasta provinciales.

Franco mandó silenciar los informes sobre la oposición armada y los esfuerzos que se hacían para combatirla. Sin embargo, lejos de las ciudades y de la realidad que se vivía en muchas zonas, en lo más escarpado de los montes, un grupo de hombres y mujeres, a pesar de todo, siguieron luchando. Para muchos, fueron los últimos románticos. Para el régimen, nada más que bandoleros.

Inicios

Los orígenes del maquis en España hay que situarlos en los contingentes humanos que, frente al avance de las tropas franquistas, van echándose al monte. Esto es, dada la inseguridad creada por la represión de los sublevados, son muchas las personas implicadas en movimientos políticos de izquierdas que deciden no entregarse, pasando a convertirse en lo que se dio en llamar huidos. Estas gentes, en ocasiones simples simpatizantes, se escondieron mayoritariamente en sus casas o casas de familiares, siendo en un principio una minoría la de los que buscaron refugio en las montañas. A estos primeros huidos se fueron añadiendo desertores y evadidos de penales y campos de concentración. Estos grupos dispersos fueron el germen de las posteriores agrupaciones guerrilleras.

La palabra proviene del vocablo francés maquis, que viene a su vez del corso y del italiano macchia, que equivale a paisaje de arbustos, matorrales (maquia).

El carácter político de las guerrillas fue tan plural como lo había sido el bloque republicano en el transcurso de la contienda, con presencia importante de comunistas, socialistas y anarquistas. Sin embargo, por diversas causas, entre ellas el empeño del PCE hasta 1948, el predominio comunista fue ganando peso en relación a las demás corrientes.

En el bando republicano pronto se toma conciencia de las posibilidades que ofrece una guerra de guerrillas en la retaguardia enemiga. La idea fructifica en la creación, a iniciativa de Juan Negrín, a la sazón jefe del Gobierno y ministro de Defensa, del XIV Cuerpo de Ejército Guerrillero en octubre de 1937. Este nombre era el utilizado para el ejército republicano vasco hasta el desmoronamiento del frente del norte.


La retirada: los campos franceses

 

Cientos de miles de soldados republicanos y población civil pasaron la frontera francesa ante el avance franquista en Cataluña. Una vez en Francia, fueron recluidos en campos de concentración por las autoridades galas. En total había 22 campos en Francia y, en el norte de África, 6 En estos campos comienzan a reorganizarse las fuerzas políticas antifranquistas.

En el campo de Argelès-sur-Mer tienen lugar una serie de reuniones, en las que participan el Partido Comunista de España (PCE) y las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU), que culminan en octubre de 1940 con la decisión de organizar la acción antifascista en la Francia no ocupada, junto con los franceses, contra los ocupantes y el gobierno títere de Vichy.

La formación de la AGE

La participación de los exiliados republicanos españoles en la resistencia francesa comenzó en julio de 1941 tras la invasión de la Unión Soviética por la Alemania nazi y se desarrolló en el marco de la Unión Nacional Española (UNE) 

En mayo de 1944 las unidades exclusivamente españolas de los Franc-Tireurs et Partisans fueron reconocidas como tales bajo la denominación de Agrupación de Guerrilleros Españoles (AGE), integrada por unos 9.000 hombres, y que a partir de entonces inició una nueva estrategia militar, pasando de los sabotajes y acciones aisladas al ataque frontal contra las unidades aisladas de la Wehrmacht, consiguiendo liberar numerosas localidades del sur de Francia. Todos los componentes de la AGE consideraban la lucha en Francia contra los ocupantes alemanes y la milicia vichista como el preludio del combate para liberar España.

Mientras en Francia los exiliados se organizaban para combatir al nazismo, en España se fueron articulando grupos guerrilleros conformados prácticamente en exclusiva por huidos

La invasión del valle de Arán

La operación más espectacular del maquis español es la entrada en España de entre 4000 y 7000 guerrilleros por el Valle de Arán y otras zonas del Pirineo, bien equipados y con armamento pesado, el 19 de octubre de 1944, cuando la Wehrmacht ya había sido desalojada del sur de Francia. Fue denominada Operación Reconquista de España.

La operación Reconquista de España fue planeada por el Estado Mayor de la AGE. Para efectuar la invasión se creó la División 204ª, formada por 12 brigadas. Como responsable militar de la misma se nombró a Vicente López Tovar.

El objetivo de esta ofensiva era la conquista del sector de territorio español comprendido entre los río  Cinca y Segre y la frontera francesa. Posteriormente se declararía la zona conquistada bajo el gobierno de la República, por entonces en el exilio, para provocar un levantamiento general en toda España contra Franco. Hipotéticamente, ello obligaría a intervenir a los aliados para liberar España al igual que estaban liberando el resto de Europa.

El ataque principal por el valle de Arán se vio complementado por operaciones de distracción en otros valles pirenaicos durante las semanas previas, con objeto de distraer fuerzas enemigas.

El ejército guerrillero logró conquistar varios pueblos y aldeas, alzando la bandera republicana, llevando a cabo mítines antifranquistas en las plazas y controlando durante días parte de la frontera por donde entraron camiones con material y refuerzos. Sin embargo fracasó en la toma de Viella, principal objetivo de la operación, y finalmente, desbordados por la desventaja numérica y material, comenzaron la retirada.

En 1948 el PCE cambia de estrategia y, a instancias de Stalin, renuncia a la lucha guerrillera. Ello supone el declive de las agrupaciones, ya muy castigadas por la represión. Las Agrupaciones Guerrilleras pasan a denominarse Comités de Resistencia. La nueva orientación, sin embargo, no se hace efectiva sobre el terreno y, finalmente, la evacuación general es decretada en 1952. Esta evacuación afecta, fundamentalmente, a la Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón (AGLA), con la que el PCE mantuvo una relación predilecta, mientras que otras organizaciones como la Centro - Sur, a partir de 1948, no recibieron ni siquiera ayuda para llegar a Francia.


El final de los últimos maquis

El declive y desaparición del maquis español se debió a diversos factores. Por un lado, el devenir del contexto internacional, que conforme viraba hacia la Guerra Fría fue haciendo evidente que no se podía contar con la intervención extranjera en la lucha contra la Dictadura. En este contexto se produce el cambio de estrategia del PCE, que abandona la vía guerrillera, suspendiendo el apoyo a las partidas. Pero el PCE no se limitó a suspender la ayuda táctica y estratégica a sus partidas guerrilleras, llegando incluso al asesinato de los jefes guerrilleros que se negaron a dejar el monte. Desde entonces las organizaciones anarquistas concentraron el máximo número de guerrilleros e infraestructura.

El bloqueo informativo fue total. Por esta razón fuera de las áreas afectadas prácticamente se desconocían las actividades del maquis. En las escasas ocasiones en que aparecieron noticias en la prensa, éstas siempre se refirieron a los guerrilleros con el nombre de bandoleros, a fin de despojar sus acciones de sentido político.

Poco a poco los guerrilleros se fueron quedando solos. En los últimos años se produjeron intentos de pasar a Francia para escapar del cerco. Las detenciones se sucedieron en estos últimos tiempos. Muchos guerrilleros y colaboradores fueron juzgados sumariamente y fusilados o encarcelados. Otros murieron a manos de la guardia civil en aplicación de la Ley de fugas.

Aunque el periodo de mayor actividad guerrillera comprende desde 1938 hasta comienzos de la década de los 50, algunas partidas continúan en pie de guerra, cada vez más acorralados. El final lo marcan las muertes a balazos del militante de la CNT Quico Sabaté en el 60; Ramón Vila Capdevila Caracremada, en el 63, ambos en Cataluña, y José Castro Veiga Piloto, en Galicia en marzo del 65.

Balance

Según un informe de 1950 de los servicios franquistas que habían luchado contra el maquis, entre 1943 y 1950 se registraron 8.054 «hechos delictivos», alcanzándose el máximo en 1946 (1.558 actos) y 1947 (1.463). En las acciones contra el maquis murieron 2.036 guerrilleros y 3.211 fueron hechos prisioneros, mientras que la Guardia Civil sufrió 243 muertos y 341 heridos. Fueron detenidas 17.861 personas como «encubridores» y «cómplices» de la guerrilla.


Luchadores sin móviles (parte 1)


La Política de No Intervención y la ayuda militar de las potencias fascistas. Desde el primer día del levantamiento militar que condujo a la Guerra Civil, los regímenes fascistas europeos –Alemania e Italia- junto con la dictadura conservadora de Salazar ayudaron militar y logísticamente a los sublevados, ante el fracaso del golpe de estado en el sentido de toma inmediata del aparato político-administrativo del Estado. Sin el paso del Estrecho de las fuerzas coloniales comandadas por el general Franco, seguramente la sublevación militar estaba condenada al fracaso, por lo que el mismo día 20 de Julio de 1936 Franco –bloqueado en África- envía a Luis Bolín y al marqués de Luca de Tena a Roma para solicitar a Mussolini inmediata ayuda para organizar un puente aéreo. Diez días después, el 30 de Julio, aterrizaban en el Protectorado español de Marruecos nueve aviones Savoia Marchetti, tras verificar el dictador italiano que Hitler iba a apoyar a Franco y que Francia y Gran Bretaña optaban por la no intervención, insistiendo en la 'cobarde' política de apaciguamiento hacia la Alemania nazi que conduciría finalmente a la Segunda Guerra Mundial. El régimen nazi concede enseguida la ayuda en aviones que se le pedía, de modo que el 26 de Julio llegan a Marruecos los primeros veinte aviones de transporte Junkers Ju 52 , acompañados de seis cazas Heinkel 51, que transportaron entre finales de julio y mediados de octubre de 1936 más de 13.000 soldados del Ejercito de Africa, además de 270 toneladas de material.
Leon Blum y Lord Halifax, impulsores del acuerdo de No Intervención

El 30 de Julio de 1936 Francia tuvo la evidencia material de la ayuda militar fascista al ejercito sublevado, cuando dos de los aviones enviados por Mussolini a Franco aterrizaron por error en la colonia francesa de Argelia. Ante el innegable hecho, el gobierno del Frente Popular francés planteó el proyecto de “no intervención” en la guerra de España, al que se sumó enseguida el ejecutivo británico. A finales de agosto de 1936, todos los estados europeos , excepto Suiza (27 en total) suscribieron el “Acuerdo de No Intervención en España”, decidiendo “abstenerse rigurosamente de toda injerencia, directa e indirecta, en los asuntos internos de ese país”, prohibiendo a continuación la exportación…reexportación y el transito a España, posesiones españolas o zona española de Marruecos, de toda clase de armas, municiones y material de guerra”. La supervisión del cumplimiento del acuerdo estaba a cargo del Comité de No Intervención, creado en Londres el 9 de Septiembre y en el que estaban representados las principales potencias europeas, incluidas La Unión Soviética, Italia y Alemania.

Desde el punto de vista jurídico el acuerdo ponía al mismo nivel a un Gobierno legal, democráticamente elegido, y a un grupo de militares rebeldes, algo insólito en el ámbito del Derecho Internacional. En el plano práctico, la primera medida tomada por el gobierno francés fue el cierre de la frontera con España el 13 de Agosto, mientras que Alemania, Italia y Portugal seguían enviando armas y municiones a los sublevados. El 28 de Agosto, casi el mismo día en que se firmaba el pacto de no intervención, se reunían en Roma los jefes de los servicios secretos militares de Alemania y de Italia –el almirante Canaris y el general Mario Roata- para proseguir los suministros de material bélico y las entregas de municiones, según las peticiones del general Franco 

 Ante el aislamiento internacional y la flagrante farsa de la política de no intervención, la República solicita ayuda militar a la Unión Soviética, a pesar de que esta ni siquiera contaba con embajada en Madrid. La primera petición la hace el gobierno Giral a los pocos días de producirse el golpe de Estado a través del embajador soviético en París. Stalin no responde a la petición porque no deseaba enemistarse con Gran Bretaña y Francia, con quienes pretendía llegar a algún tipo de acuerdo para frenar a la Alemania nazi. Por otro lado, muchos dirigentes soviéticos y de la Tercera Internacional pensaban que facilitar ayuda a España contribuiría a dotar de argumentos a los que sostenían que la revolución comunista española acechaba tras la fachada de defensa de la República (acordaros de uno de los argumentos repetidos hasta hoy, "la República iba a convertir a España en un país bolchevique, comuniiiiiissta...bla bla bla")
Fue el incumplimiento del Acuerdo de no Intervención lo que llevó a Stalin a modificar su postura, al considerar que si la República era derrotada aumentaría la amenaza de las potencias fascistas tanto sobre la URSS como sobre Francia. En total, la Unión Soviética envió a la República unos 700 aviones y 400 tanques, acompañados de unos 2000 técnicos, pilotos y asesores militares, además de 1699 piezas de artillería, 450.000 fusiles, 20. 846 ametralladoras y 30.000 toneladas de munición

Las Brigadas Internacionales El apoyo de la URSS a la causa república contribuyó decisivamente a la creación de las Brigadas Internacionales, ya que era este estado socialista quien controlaba y dirigía de facto el movimiento de la Tercera Internacional (que era conocida como la Internacional comunista)

 Tal y como se recoge en el punto 7 del acta correspondiente “se decide proceder al reclutamiento de voluntarios que tengan experiencia militar para ser enviados a España entre los obreros de todos los países”. Fue Francia, donde se había desarrollado un amplísimo movimiento popular de apoyo a la República española, la base territorial y organizativa de las Brigadas, bajo la dirección del Partido Comunista francés, encabezada por André Martý, con centro de reclutamiento en París. Frente a lo que afirmaba la propaganda franquista (otra historia contada durante décadas), estos voluntarios de la libertad no eran sólo de ideología comunista, muchos de ellos (se dice que el 50%) eran simplemente - que no es poco-,  antifascistas. Socialistas, anarquistas, hombres y mujeres sin partido, la inmensa mayoría obreros pero también poetas, artistas e intelectuales. Todos ellos confluyeron en la base de Albacete, donde tras pocas semanas de un entrenamiento rudimentario se les entregaba un viejo fusil para enfrentarse a las experimentadas tropas coloniales o las divisiones italianas pertrechadas con el armamento más moderno de la época. 

Según las estimaciones actuales, el número de brigadistas que combatieron en España ronda los 35.000 efectivos. Las naciones que más aportaron fueron Francia (8962) Polonia (3113), Italia (3002) y Estados Unidos con 2311 voluntarios. La gran aventura solidaria de las Brigadas Internacionales se cierra oficialmente el 28 de Octubre de 1938, con un gran desfile de despedida y homenaje, en un acto encabezado por el presidente de la república Manuel Azaña y el presidente del gobierno Juan Negrín, al que asistieron unas 250.000 personas. En total, lucharon unos 35.000 hombres y mujeres, de los que murieron en combate por las tierras de España unos 10.000.

¿Qué hubiese pasado sin la presencia de las Brigadas Internacionales?

Esta es una buena pregunta si la conectamos con la ayuda alemana e italiana, es decir, sin las Brigadas, la guerra hubiera terminado antes con total seguridad, ahora...¿Qué hubiese pasado sin la ayuda a Franco de Alemania e Italia?, pues ya lo vimos al principio de este documento, probablemente las tropas de Franco no hubiesen avanzado hasta las puertas de Madrid, quizás el carnicero de Badajoz, el general Yagüe no hubiera masacrado en Extremadura, ni el carnicero de Andalucía, Queipo de Llano se hubiese hecho con Andalucía...¿Hubiera existido la Desbandá?...en todo caso, no lo sabemos, pero si comparamos los efectivos de ambos lados, pudo ser posible.

En cuanto a las ayudas al bando sublevado, tenemos la Legión Condor alemana (unos 6000 hombres) y las divisiones del Corpo di truppe Volontarie italiano, en las que se encuadraron unos 40.000 hombres, más pequeños contingentes de combatientes portugueses e irlandeses, más unos 10.000 portugueses , a lo que habría que sumar los 70.000 marroquíes que formaron en los Regulares del ejército de África. En una guerra moderna, el material es tan o más importante que la masa de combatientes, y así llegaron al bando franquista 1359 aviones, 260 carros de combate, 1730 cañones.

En palabras del profesor Julián Casanova (historiador nada radical de izquierdas, podéis investigarlo) “frente al mito del peligro comunista y revolucionario, lo que realmente llegó a España a través de una intervención militar fue el fascismo”. Y en cuanto al material bélico afirma que el que “entró en la España republicana fue inferior al recibido por Franco y de peor calidad”. 

Tuvieron que pasar 20 años de la muerte de Franco para que España, el 26 de enero de 1996, el Congreso de los Diputados español concedió la nacionalidad española a los brigadistas si renunciaban a su nacionalidad propia, cumpliendo así la promesa realizada por Juan Negrín cuando estos abandonaron España cincuenta y siete años antes. Aun así, la mayoría de los veteranos optó por no renunciar.

Después, la Ley de la Memoria Histórica reconoció a los brigadistas la nacionalidad española , sin tener que renunciar a la suya propia. En junio de 2009, la embajada española en Londres entregó a varios brigadistas sus pasaportes españoles

El primer monumento a los brigadistas tras la guerra se inauguró el 28 de octubre de 1988, justo en el cincuentenario de la emotiva despedida que Barcelona brindó a las Brigadas Internacionales.

Otro monumento a los brigadistas en España puede verse desde 2012 en la Universidad Complutense de Madrid, aunque está en entredicho que se mantenga, hay algún monumento en Albacete y en varias ciudades del mundo, como podemos imaginar, en España son el blanco de las pintadas y ataques de los cachorros de extrema derecha, cuestión que no sorprende, puesto que en el monumento a los almerienses que murieron en el campo de concentración nazi de Mathaussen no hay año que no aparezca la esvástica nazi o el yugo y las flechas de la Falange